En el encuentro con los monjes y monjas se percibe un clima de sencillez e ingenuidad que evoca una presencia profunda de la Madre de Dios. Su proceder recuerda también, por otra parte, a aquellos primeros monjes que se reunieron en torno a san Pacomio y entre los que la «koinonia» (la vida fraterna) era la red que hacía de todos los monjes una sola cosa. «Para nosotros -afirma uno de los monjes- lo importante es vivir en una búsqueda incansable de la voluntad de Dios en todas y en cada una de las cosas ordinarias o extraordinarias, y por ello queremos responder de manera inmediata».

Observando su trabajo, su oración, su acogida a todo aquel que llega al Monasterio, se descubre la docilidad y la fidelidad a la voluntad de Dios buscada y deseada.